Luis de Carlos Calderón.
La burla constante de la diplomacia marroquí con respecto a la ONU, en el asunto del Sáhara Occidental, complica la relación de Marruecos con las naciones integrantes de este organismo que mantienen una política de reconocimiento de la realidad nacional saharaui o una postura de implicación en el cumplimiento del derecho de los saharauis a decidir su futuro con un proceso de autodeterminación o, simplemente, que se respeten los DDHH de la población sometida o que no se negocie con los bienes de la misma.
Más de veinte años regateando compromisos adquiridos, como en 1991 con la promesa de la celebración del referéndum, mientras continua con la política de invasión del territorio no autónomo, lleva al cansancio cuando no al hastío a representantes de países que, poco a poco, van sumándose a las razones del pueblo saharaui. Sin embargo, el que ningún país haya reconocido la absurda soberanía de Marruecos sobre el Sáhara nos hace preguntarnos cómo es posible que todo el proceso de descolonización no sólo permanezca aparentemente paralizado sino que se haya convertido, contrariamente, en una clara realidad colonizadora con una política, por muy condenada que esté, de hechos consumados.
Mohamed VI intenta superar la soledad en la que se encuentra en todo el orbe, especialmente entre sus vecinos en el continente africano frente a la Unión Africana, pero hasta Guinea Ecuatorial, antes sumisa, parece darle la espalda. Últimamente, Mauritania, endurece su posición diplomática, disminuyendo aún más su representación en Rabat, tras denunciar que Marruecos peca por intromisión y desestabilización contra la soberanía mauritana. El descubrimiento de marroquíes infiltrados, algo connatural a la política exterior marroquí, y declaraciones del rey Mohamed VI contra la política mauritana sobre el Sáhara no ayudan a la posición del monarca alauita.Tal vez haya llegado el momento, aprovechando la posición más firme de Mauritania, de que los hechos consumados se enfrenten a otros hechos consumados siguiendo el ejemplo de los territorios liberados. Me permito desvariar, a sabiendas que las RASD evita cualquier provocación siguiendo las directrices de la ONU que tan "buenos resultados" ha logrado en casi cuarenta años que dura el conflicto. Los desvaríos nos hacen siempre reflexionar sobre lo que pudo haber sido, lo que podría ser… pero, probablemente, nunca será.
Me quiero referir a La Güera (lomas) o La Agüera, una estrecha banda de tierra de 50 km que, a tenor de su significado "zanja hecha para encaminar el agua llovediza a las heredades", podría constituir el recorrido a seguir para encauzar un futuro de hechos y no sólo de palabras. Ciudad, fundada por España en 1920, aunque estaba presente desde el siglo XV, ocupada por Mauritania a finales de 1975, quedando bajo su dominio en los Acuerdos de Rabat, entre Marruecos y Mauritania, del 14 de abril de 1976. Derrotada Mauritania por las tropas del Frente Polisario, fue ocupada por Marruecos, que, ante las incursiones constantes de lo saharauis, y a petición de Mauritania, que también sufría las consecuencias, la abandona. El gobierno marroquí intentó, en su momento, construir diversas infraestructuras pero la arena se encargaba de hacerlas inservibles. Deshabitada, el ejército mauritano acampa en sus proximidades y la armada marroquí vigila sus aguas territoriales. Una de las dairas, en Tinduf, lleva su nombre.
En ese anunciado desvarío, propongo que la Güera debería ocuparse por sus legítimos dueños, nacidos en esa bendita tierra, que la habitaban en 1975 y descendientes, constituirse como Ciudad – Estado independiente con soberanía como el principado de Mónaco, donde no hay distinción entre el Estado y la Ciudad, o el Estado de la Ciudad del Vaticano. Que, posteriormente, pase a unirse como Ciudad-estado federada a la RASD, con su propia constitución, siguiendo los pasos de Crimea o al estilo de Berlín, Hamburgo, Bremen, en Alemania, o Viena federada a Austria o Basilea federada a Suiza o como ciudad autónoma con autogobierno como Ceuta y Melilla en Españay Hong Kong y Macao en China.
Estos desvaríos tienen su origen en la realidad paralizada y paralizante que vivimos en la que tantas personas, especialmente saharauis y españoles, que han luchado por la libertad del Sáhara Occidental, van falleciendo sin poder contemplar el fruto de sus desvelos… aunque confío que lo harán desde el cielo.
Luis de Carlos Calderón.
La burla constante de la diplomacia marroquí con respecto a la ONU, en el asunto del Sáhara Occidental, complica la relación de Marruecos con las naciones integrantes de este organismo que mantienen una política de reconocimiento de la realidad nacional saharaui o una postura de implicación en el cumplimiento del derecho de los saharauis a decidir su futuro con un proceso de autodeterminación o, simplemente, que se respeten los DDHH de la población sometida o que no se negocie con los bienes de la misma.
Más de veinte años regateando compromisos adquiridos, como en 1991 con la promesa de la celebración del referéndum, mientras continua con la política de invasión del territorio no autónomo, lleva al cansancio cuando no al hastío a representantes de países que, poco a poco, van sumándose a las razones del pueblo saharaui. Sin embargo, el que ningún país haya reconocido la absurda soberanía de Marruecos sobre el Sáhara nos hace preguntarnos cómo es posible que todo el proceso de descolonización no sólo permanezca aparentemente paralizado sino que se haya convertido, contrariamente, en una clara realidad colonizadora con una política, por muy condenada que esté, de hechos consumados.
Mohamed VI intenta superar la soledad en la que se encuentra en todo el orbe, especialmente entre sus vecinos en el continente africano frente a la Unión Africana, pero hasta Guinea Ecuatorial, antes sumisa, parece darle la espalda. Últimamente, Mauritania, endurece su posición diplomática, disminuyendo aún más su representación en Rabat, tras denunciar que Marruecos peca por intromisión y desestabilización contra la soberanía mauritana. El descubrimiento de marroquíes infiltrados, algo connatural a la política exterior marroquí, y declaraciones del rey Mohamed VI contra la política mauritana sobre el Sáhara no ayudan a la posición del monarca alauita.Tal vez haya llegado el momento, aprovechando la posición más firme de Mauritania, de que los hechos consumados se enfrenten a otros hechos consumados siguiendo el ejemplo de los territorios liberados. Me permito desvariar, a sabiendas que las RASD evita cualquier provocación siguiendo las directrices de la ONU que tan "buenos resultados" ha logrado en casi cuarenta años que dura el conflicto. Los desvaríos nos hacen siempre reflexionar sobre lo que pudo haber sido, lo que podría ser… pero, probablemente, nunca será.
Me quiero referir a La Güera (lomas) o La Agüera, una estrecha banda de tierra de 50 km que, a tenor de su significado "zanja hecha para encaminar el agua llovediza a las heredades", podría constituir el recorrido a seguir para encauzar un futuro de hechos y no sólo de palabras. Ciudad, fundada por España en 1920, aunque estaba presente desde el siglo XV, ocupada por Mauritania a finales de 1975, quedando bajo su dominio en los Acuerdos de Rabat, entre Marruecos y Mauritania, del 14 de abril de 1976. Derrotada Mauritania por las tropas del Frente Polisario, fue ocupada por Marruecos, que, ante las incursiones constantes de lo saharauis, y a petición de Mauritania, que también sufría las consecuencias, la abandona. El gobierno marroquí intentó, en su momento, construir diversas infraestructuras pero la arena se encargaba de hacerlas inservibles. Deshabitada, el ejército mauritano acampa en sus proximidades y la armada marroquí vigila sus aguas territoriales. Una de las dairas, en Tinduf, lleva su nombre.
En ese anunciado desvarío, propongo que la Güera debería ocuparse por sus legítimos dueños, nacidos en esa bendita tierra, que la habitaban en 1975 y descendientes, constituirse como Ciudad – Estado independiente con soberanía como el principado de Mónaco, donde no hay distinción entre el Estado y la Ciudad, o el Estado de la Ciudad del Vaticano. Que, posteriormente, pase a unirse como Ciudad-estado federada a la RASD, con su propia constitución, siguiendo los pasos de Crimea o al estilo de Berlín, Hamburgo, Bremen, en Alemania, o Viena federada a Austria o Basilea federada a Suiza o como ciudad autónoma con autogobierno como Ceuta y Melilla en Españay Hong Kong y Macao en China.
Estos desvaríos tienen su origen en la realidad paralizada y paralizante que vivimos en la que tantas personas, especialmente saharauis y españoles, que han luchado por la libertad del Sáhara Occidental, van falleciendo sin poder contemplar el fruto de sus desvelos… aunque confío que lo harán desde el cielo.
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